Cuando se es feliz, queda mucho por hacer: consolar a los demás.
Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.
No eres ambicioso: te contentas con ser feliz.
Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu.
Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros.
Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.
La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
La felicidad radica, ante todo, en la salud.
El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
El hombre feliz es aquel que siendo rey o campesino, encuentra paz en su hogar.