El hombre inteligente habla con autoridad cuando dirige su propia vida.
La persona inteligente busca la experiencia que desea realizar.
Quien no tiene toda la inteligencia de su edad, tiene toda su desgracia.
La inteligencia es lo más puro de todas las cosas. Tiene un conocimiento total de cada cosa y es la máxima fuerza.
Las inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias poderosas en las cosas ordinarias.
Mientras admiramos y exaltamos las facultades de la inteligencia humana, nos olvidamos de buscar sus verdaderos colaboradores.
Dicen que el mono es tan inteligente que no habla para que no lo hagan trabajar.
La primera obligación de la inteligencia es desconfiar de ella misma.
Más vale maña que fuerza.
La inteligencia no podría representar mucho tiempo el papel del corazón.