Cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos y por eso la vida vale la pena.
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir.
No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.
Prohibir algo es despertar el deseo.
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.
El hombre tiene el amor por ala, y el deseo por yugo.
El destino puede seguir dos caminos para causar nuestra ruina: rehusarnos el cumplimiento de nuestros deseos y cumplirlos plenamente.
El amor y el deseo son las alas del espíritu de las grandes hazañas.
No se desea lo que no se conoce.
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